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lunes, 11 de julio de 2011

Campo de minas

 A estas alturas de la corrida, los mayores andamos como sobre un campo de minas.
Cualquier día y en cualquier momento nos puede dar cualquier cosa. Me levanto un día y tengo una especie de maraña en el interior de un ojo, ¡el humor vitreo que se ha desprendido!, Jaime va a la compra y vuelve todo encorvado con un dolor de ciática. Las lindezas de la edad, lo confieso, envejecer no tiene gracia.


No obstante, todavia podemos hacer voluntariados y ser útiles a la sociedad, pero sin pasarse.

 Mª Isabel y yo, hace 60 años descubriamos el mundo juntas y eramos felices. Ahora todavia somos capaces de sonreir
Mi primo Rafa, tuvo una hija con parálisis cerebral, se implicó de forma admirable en el mundo de la discapacidad y ahora su cara refleja una tristeza de muchos años.

Angeles y Marcos son dos compañeros de viaje que tambien pasan por sus vicisitudes.

No me gustaría llegar a la decrepitud, me parece lamentable el espectaculo que podemos ofrecer al final del camino. Pero, de momento, no hay una puerta razonable para hacer mutis por el foro.

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