El mar

El mar y nuestra relación con el mar, es una experiencia única, personal e intransferible.

Su presencia te conecta con el bien, con la belleza, con la fuente de la vida.

Te envuelve su olor, las olas tienen la cadencia de la sangre al ser impulsadas por el corazón. Estar sumergida en sus aguas me da la sensación de estar en el seno materno, ese lugar primero del que procedemos.

Yo vi el mar por primera vez a los 22 años y recuerdo con nitidez el deslumbramiento que me produjo ese primer encuentro.

Este verano también he disfrutado de su presencia pero voy comprobando que cada vez tengo menos capacidad para sentirme segura en él.