Fue un hecho natural, común a todas las especies, tan gratuito y tan perfecto como la primavera, casi sin proponermelo me encontré con mi hija entre los brazos y un chorro inmenso de amor brotó de mis entrañas al mismo tiempo que su cuerpecito.
(me está saliendo un poco cursi, pero es que fue, tal cual)
Ahora que cumple 44 esplendidos años, y ya es una persona cabal, estoy encantada de haber contribuido a aumentar y enriquecer la familia humana.