Esta fotografía está tomada en 1941 y estos niños ya han vivido sus vidas y han muerto.
Han muerto relativamente jovenes, si el cancer o el infarto no les hubiera pillado desprevenidos, todavia podrian vivir.
Como son mis primos, los he visto crecer, ponerse sus primeros pantalones bombachos, fumarse su primer pitillo, echarse su primera novia, estudiar, aprobar, suspender, triunfar, fracasar.
Ha habido de todo, sus vidas han dejado una huella.
El mundo no seria el mismo sin ellos, ninguno de sus actos ha sido intrascendente.
Con la edad, me voy dando cuenta de la importancia de nuestras acciones, como condicionan nuestra vida y la de los demás.
Creo que lo estoy descubriendo un poco tarde.
viernes, 25 de julio de 2008
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