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viernes, 26 de febrero de 2010

Paris

En algún sitio de mi cerebro tengo millones de imagenes acompañadas de emociones que he vivido. Es "mi" memoria historica.
Es como una galeria de recuerdos que no me gusta visitar.
Cuando pienso en aquella estupenda semana que pasamos en Paris me alegro muchisimo de haberla vivido pero me entristece no poder repetirla.
El viaje en tren, la casa de Aitor, nosotros dos y nuestros hijos todavia adolescentes, sus impresiones llenas de frescura y espontaneidad...como nos reiamos por cualquier cosa y todo nos gustaba.
A veces no soporto que el presente esté lastrado por la edad. Los hijos ya no están con nosotros.
Menos mal que tengo a Jaime y todavia nos queda Paris.

martes, 23 de febrero de 2010

Dos princesas



Ana y Mila son dos princesas que van descubriendo el mundo en que viven. Son divertidas y cariñosas pero ya van percibiendo que en este jardín, las rosas tienen espinas.

¿La expresión de Mila es de alegria de ver a Ana o de deseo de ponerse su traje?

Para que alcancen un nivel de felicidad apreciable tendrán que vencer la envidia y caer un la cuenta de que su traje también es muy bonito.

Parece fácil, pero de eso nada, yo llevo 70 años intentando conformarme con mi traje.

lunes, 8 de febrero de 2010

Madrid, al atardecer




Madrid tiene un momento mágico al atardecer, dura unos minutos pero es espectacular.

Llevo viviendo en Madrid 47 años y no me he cansado de disfrutar de su ambiente, de sus calles, de sus gentes, pero se que estoy de paso y que dentro de no demasiado tiempo, me iré.

viernes, 5 de febrero de 2010

Doctor Gonzalez Barón



El doctor Gonzalez Barón además de un gran profesional es una persona cercana, que no mete miedo a pesar de ser mi oncólogo, siempre me recibe con una sonrisa y me pregunta ¿como te encuentras? y yo le digo ¡estupendamente!.

He pasado mi revisión anual y no han aparecido indicios de malignidad. Mi cuerpo envejece a su ritmo, adecuadamente, sin presentar alteraciones de importancia.

A estas alturas del partido me gusta paladear la vida, me permito ser un poco perezosa, me encanta ver el mundo trepidante que me rodea y que ya no me necesita para nada. Ahora puedo aflojar la marcha y entretenerme en lo que me gusta.

Este atardecer, que ya va perdiendo sus brillos, todavia esconde goces profundos como la satisfacción de ver como los siguientes cogen el relevo.

martes, 2 de febrero de 2010

un grupo entrañable



El abuelo tiene a su hija a la derecha y a sus nietos a la izquierda.

Para conseguir esta apacible escena familiar se necesita paciencia, suerte, trabajo diario sin bajar la guardia nunca...así durante unos cuarenta años.

El gozo de mirarlos lo campensa todo.